Opinión
[ Volver ]La dignidad moral de los artistas que no irán a Qatar
18/11/2022 - Redacción/NoticiasClave.net

Ni Rod Stewart ni Dua Lipa ni Shakira prestarán su presencia ni su arte a la inauguración del Mundial de Fútbol, en Qatar.
Las muertes de obreros inmigrantes a causa de las duras condiciones de trabajo para construir a tiempo las instalaciones necesarias para celebrar la competición, el desprecio a los derechos humanos, el papel que está obligada a representar la mujer o la represión de los homosexuales en el Emirato son argumentos irrebatibles para que una persona decente diga: no estaré ahí.
Los artistas populares deben saber que su proyección pública comporta una responsabilidad ética. Y algunos son capaces de desoír las presiones de su entorno profesional y no aceptar el dinero ni el escaparate de popularidad que supone participar en esos fastos. Bien lo sabe Shakira, que en el Mundial de Sudáfrica 2010 obtuvo grandes réditos y vendió muchos discos de su ‘Waka Waka’, canción oficial del campeonato. La barranquillera, ahora, también se ha descolgado de Qatar, pese a que, al parecer, tenía un acuerdo previo,
Rod Stewart, en declaraciones al diario The Sunday Times, explicó: “Me ofrecieron mucho dinero, pero lo rechacé (…) porque no está bien ir a ese Mundial”. La oferta económica era de un millón de libras.Dua Lipa, por su parte, en cuanto se rumoreó que participaría en la gala inaugural ironizó en las redes sociales: “Espero visitar Qatar cuando haya cumplido todas las promesas sobre derechos humanos que hizo cuando se ganó el derecho a organizar el Mundial”.
Otros artistas acudirán a Qatar a dar sus shows en distintas fechas y recintos. Entre ellos, Jung Kook, Black Eyed Peas, Robbie Williams, David Guetta, Craig David, Steve Aoki, Major Lazer Soundsystem y Omar Montes. También Maluma, Myriam Fares y Nicki Minaj y Ozuna interpretan piezas musicales oficiales del evento.
Todos están en su derecho. Es su trabajo. Pero las estrellas del espectáculo que han renunciado a Qatar dando su por qué, emiten un mensaje de dignidad moral que debe ser escuchado por cuantos tengan oídos. Será un legado.